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Reflejando-Nos

Es una realidad que los humanos nos guiamos por un calendario que nada tiene que ver con el ciclo natural de las cosas: el calendario gregoriano, inventado por un Papa, en disonancia con la naturaleza. Debido al seguimiento de este ciclo antinatural es que, como seres naturales que somos, nos sentimos tan en disconformidad con muchas cosas que nos rodean y buscamos la materialidad para sobrellevar una vida llena de imposiciones y miserias mundanas.


En este contexto, poco esperanzador, vengo a proponer el retorno a la cuenta natural del tiempo, o al menos a una de las tantas cuentas naturales: la del tzolkin o calendario armónico, que sigue la cosmovisión maya.


Básicamente, este tzolkin está compuesto por 256 kines, que se pueden comparar a los signos del zodíaco (como aproximación), formados en conjunción por sellos solares y tonos lunares. Cada uno de estos sellos y tonos implican una energía masculina y femenina, respectivamente, representando la unión de las polaridades, algo presente siempre en los mayas.


La cuenta del tiempo maya es muy diferente a la que seguimos los humanos, donde se guían por ciclos que van desde lo micro hasta lo macro. Para hacerlo simple: cada kin maya entra con una energía específica en cada día gregoriano, lo que implica que hay 256 energías diferentes para aprender durante toda nuestra vida.


¿Qué significa que haya una energía diaria para trabajar? Simplemente que la energía del cosmos está presente, si no la sentimos o no hacemos nada por y con ella, no pasará nada; simplemente estaremos eliminando la posibilidad de trabajar en consonancia con el universo.


Este nuevo año gregoriano que entra nos trae aparejada la energía del Espejo Blanco, que tiene las cualidades del reflejar, el orden y el sin fin. El objetivo del año 2017 se basará en el encuentro de nuestro reflejo esencial, de poder vernos el alma, destaparla y mostrarla, para que vivamos en armonía, en orden con nosotros y con los otros.


Actualmente vivimos en un mundo donde reflejamos personalidades, imágenes huecas y sin sentido (televisión) que nos llevan a un mayor desorden esencial.



Espejo Blanco Magnético


¿Soy quien creo ser o soy aquello que me rodea?


Espejo nos muestra la exacta imagen de aquello que le ponemos en frente, lo refleja tal cual es, no es posible engañarlo, pero si es posible engañarnos. ¿Dónde radica esta diferencia? En la diferenciación de nuestra esencia y de nuestra personalidad.


Hay momentos (más largos, más cortos, algunos eternos y otros efímeros) en los que nuestro reflejo es solamente una imagen, una actuación al mundo, mientras que nuestro ser posee un desorden interno que ocultamos con cuestiones mundanas.


Reflejamos aquello que somos o sentimos ser, ¿Cómo hago para que mi esencia se manifieste? Mirándome, observándome, buscándome y ordenándome. Si mi interior es un desorden y lo sigo tapando con consumismos culturales (aquello que se nos ha impuesto desde que nacemos), seguiré siendo esa imagen sin esencia; distorsionada de la verdad.


Para ser coherente debo tener un orden interno que me permita mostrar aquello que pienso, siento, digo y creo, sino viviré en la eterna incoherencia y mi espíritu seguirá descentralizándose de mi ser.


Un año entero para observarme, para encontrarme, para matar la imagen, para comprender que mi interior y mi exterior deben poseer una correlación, una coherencia, un año para seguir elevando nuestra consciencia.


Feliz año, feliz vida, feliz encuentro.

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